San Antonio sufrió el despertar de Miami y cayó por 109-93 en el cuarto punto de las finales. Ahora la serie quedó 2-2 con diagnóstico incierto. Ginóbili jugó mal y apenas aportó cinco tantos. El domingo es el quinto.
Será así nomás: “Vuelve el pobre a
su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas...”.
Fiesta, sí, pero para Miami Heat, que ganó 109-93, empardó la serie 2-2
y recuperó la ventaja de localía que había perdido en el juego 1. O si
se quiere también se puede decir que las entradas se pagan para ver a
las estrellas que encabezan las compañías y no a los actores de reparto,
aunque eventualmente puedan tener una noche inolvidable como sucedió
con Mario Chalmers o Danny Green.
Una
vez más, Miami estiró su racha: no pierde dos partidos seguidos desde
el 10 de enero. Es un dato duro pero lo mantiene vigente desde hace
medio año. No es poco, evidentemente la derrota en los jugadores de Heat
funciona como la espinaca para Popeye. Como en otros juegos, el primer
tiempo dejó lo más jugoso del análisis. El DT Erik Spoelstra innovó con
el ingreso desde el arranque de Mike Miller, en lugar de Udonis Haslem,
presentando una formación de cuatro bajos y apenas un referente
interior, Chris Bosh. San Antonio abrió con su clásica formación titular
pero la inclusión de Tony Parker, supuestamente lesionado, no dejó de
ser otra sorpresa. La ensalada de emparejamientos individuales duró
apenas 47 segundos porque Gregg Popovich limpió de la cancha al pivote
brasileño Tiago Splitter y metió otro bajito tirador, Gary Neal.
¿Parker
lesionado? Parecía una moto y con su energía llevó al local 15-5, en 5
minutos, hasta que se sentó a descansar. Ahí Miami ajustó sobre los
tiradores, presionó en defensa y empezó a correr el contraataque,
especialmente con LeBron James, quien sumó 11 en el primer cuarto
(primera vez en superar los 20). Dwyane Wade se sumó (10), de a poco
aportó Bosh. El Big Three visitante se recuperó y pasó a dominar el
juego y el marcador. Manu Ginóbili, en dos entradas, no tuvo gravitación
y cuando profundizó con buenos pases Tiago le arruinó las asistencias.
Las tres faltas, a los 18m (32-41) lo limitaron por el resto del choque.
Los
Tres Grandes de Miami tomaron el control, ya en el 3º sumaban 60 de los
81 puntos del equipo, con alta efectividad, 52%, combinados para 26 de
48 en tiros de cancha. Y fueron por más, para rematar el pleito. Así
frustraron a San Antonio, que se ilusionaba con un posible festejo en el
Riverwalk, el domingo por la noche. Ya no será en San Antonio la
entrega de la copa Larry O'Brien, el calor de Miami espera por la
ceremonia en el American Airlines Arena.
FINAL / PARTIDO 4
San Antonio Spurs 93:
Parker 15, Green 10, Leonard 12, Duncan 20, Splitter 4 (FI); Ginóbili
5, Neal 13, Joseph 1, Diaw 9, Bonner 4, Blair 0 y De Colo 0. DT: Gregg
Popovich.
Miami Heat 109: Chalmers 6, Wade 32, Miller 0, James 33, Bosh 20 (FI); Cole 0, Allen 14, Haslem 2 y Battier 2. DT: Erik Spoelstra.
Arbitros: Foster, Callahan y Kennedy.
Parciales: 26-29, 49-49 y 76-81.
Cancha: AT&T Center (San Antonio).
A pesar de la paliza sufrida en casa, Ginóbili no pierde la ilusión. Sabe que debe hacer las cosas de otro modo. “Hay chances pero eso hace que el partido del domingo sea obligatorio ganarlo”, dijo el bahiense.
Profesional como siempre, para todo lo relacionado con su profesión, Manu Ginóbili dio la cara ante los medios internacionales después de una noche en la que se combinaron la derrota de San Antonio Spurs y una de las actuaciones más flojas que se le haya visto al ayuda base bahiense desde que llegó a la NBA.
Sobre la acumulación temprana de tres foules, que lo condicionó para el resto del choque, Manu dijo que “es la segunda vez que me pasa, desilusiona que en una final sucedan esta cosas. Pero puede suceder y uno debe afrontarlo, esperar que pasen las horas y volver a la cancha lo antes posible”. Eso recién sucederá el domingo, aquí, para el quinto enfrentamiento, tras la segunda parada de tres días de descanso, vital para recuperar a Tony Parker que, aunque no pareció, tenía un tirón menor en el isquiotibial derecho.
Ginóbili analizó que “ahora nos obligan a volver a Miami y definitivamente no queremos viajar a su cancha necesitando ganar dos partidos. Todavía estamos a tiempo, con chances, pero obviamente esto hace que el partido del domingo sea obligatorio ganarlo”.
Sobre la alternancia de los resultados, de a uno en vez, el bahiense dijo “ninguno de los dos equipos pudimos reaccionar bien después de un triunfo. Eso a nosotros nos duele porque no debería ser un factor. Pero la verdad es que ellos jugaron muy bien, atacaron sin fisuras y defendieron con mucho despliegue, estaban por todos lados, fueron más agresivos y encima metieron más la bola”.
Entonces, ¿cuál es la solución para el domingo? Concreto, Manu dijo que “tenemos que defender mejor, ser más eficientes en ataque y no perder 18 pelotas porque contra ellos es un suicidio. Son el equipo que mejor aprovecha esa situación y te lo hace pagar con contraataques”.
ENLACES/FUENTES:
http://www.ole.com.ar/basquet/
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